El Grupo Planeta es hoy en día el octavo conglomerado editorial más importante del mundo, un imperio que facturó en 2011 más de 1.770 millones de euros y que cuenta en su plantilla con más de 5.000 empleados directos.
Antena 3 Televisión, propiedad de Planeta, tenía en 2011 más de 750 trabajadores. Y Onda Cero, también pertenece al grupo con 585 empleados en su plantilla. Completa el elenco de grandes medios el periódico La Razón, con una difusión media de 80.000 ejemplares diarios.
La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) impuso duras condiciones a la fusión de Antena 3 con La Sexta de Jaume Roures. El órgano económico alertaba de que, sin esas condiciones, el grupo resultante de la fusión podría incurrir en prácticas monopolísticas en el mercado televisivo nacional.
Pero el Gobierno de Mariano Rajoy atendió los lamentos de Lara y Roures y permitieron que Planeta absorbiera la cadena lanzada por Mediapro sólo seis años antes, gracias a la licencia analógica que le concedió discrecionalmente José Luis Rodríguez Zapatero a La Sexta para operar con ventaja antes de la implantación de la TDT.
El Ejecutivo no tuvo en cuenta las observaciones de la CNC pero los hechos demuestran que el organismo regulador llevaba razón. En estos momentos, el Grupo Planeta cuenta con siete canales en abierto y uno de pago, GolTV. Pese a tener una audiencia acumulada entre todos los canales que se mueve alrededor del 25%, Planeta está consiguiendo quedarse con el 45% del negocio publicitario, algo que advirtió la CNC y que no parece inquietar al Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Así, en estos momentos, bajo el mismo paraguas de Planeta, conviven programas de La Sexta basados en la crítica permanente al Gobierno de Mariano Rajoy, al Partido Popular y a la Iglesia –comoEl intermedio, presentado por El Gran Wyoming, el espacio Al rojo vivo, conducido por Antonio García Ferreras y sus servicios informativos– con las informaciones panegíricas de La Razón, que defienden hasta el esperpento todas las medidas adoptadas por el Ejecutivo, y que los domingos distribuye una edición compilada del diario oficial del Vaticano, L’ Osservatore Romano.
El contraste ideológico en el seno de Planeta es mayúsculo y resulta incomprensible la colaboración de Rajoy en este despropósito. Lara aseguró hace unas semanas que no estaba de acuerdo con el estilo faltón de Wyoming, pero no ha tomado ninguna medida para reclamarle, al menos, mayor respeto. Lo cierto es que las contradicciones van más lejos porque el grupo editorial, al mismo tiempo que distribuye con La Razón la edición española de L’Osservatore Romano, edita también para territorio nacional la revista Playboy.
La otra fusión en ciernes afecta a La Razón. Lara sigue cerca la posible unión de su cabecera con ABC, el diario nacional de Vocento. El Grupo Planeta aumentaría su poder y podría seguir diciendo, como hace ahora, una cosa y su contraria.
(fuente: La Gaceta)
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