Huele a podrido. El elegante salón del Hotel Westin Palace fue donde se celebró un desayuno informativo con empresarios, representantes del Gobierno y prensa para escuchar una charla sobre el hambre en el mundo con el director de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, José Graziano da Silva, como invitado.
José Graziano contestaba diplomáticamente que todo cuanto contribuyera al avance en la erradicación del hambre, era bienvenido.
Las distintas organizaciones humanitarias que también habían acudido al desayuno planteaban otras cuestiones, como por ejemplo la reducción en donaciones que están sufriendo debido a la crisis económica del llamado “Primer Mundo”.
“Nuestro deber es hablar por quienes no tienen voz. Los hambrientos no militan en sindicatos, no están organizados en lobbies, no tienen partido político”, reflexionaba Graziano da Silva.
José Graziano contestaba diplomáticamente que todo cuanto contribuyera al avance en la erradicación del hambre, era bienvenido.
Las distintas organizaciones humanitarias que también habían acudido al desayuno planteaban otras cuestiones, como por ejemplo la reducción en donaciones que están sufriendo debido a la crisis económica del llamado “Primer Mundo”.
“Nuestro deber es hablar por quienes no tienen voz. Los hambrientos no militan en sindicatos, no están organizados en lobbies, no tienen partido político”, reflexionaba Graziano da Silva.
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