Según datos de un informe de la Federación Nacional de Centros y Empresas de Hospitalización Privada, el procedimiento quirúrgico costó a la Administración 2.958 euros. El coste en una clínica privada, según precio actualizado del concierto, hubiera sido de unos 2.000 euros. ¿Qué razón explica la diferencia? Organización y productividad. Con menos recursos que los hospitales públicos, estas clínicas aprenden, por simple cuestión de supervivencia, a gestionar mejor su dinero.
Curiosamente, el coste del servicio cuando se realiza a través de concertación en una clínica privada (precio máximo de la subasta) es significativamente menor que el coste medio en los organismos públicos. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, una operación de cataratas tiene un coste en modalidad de concierto de 800 euros. La misma intervención en un hospital público cuesta 2.238 euros. La satisfacción del cliente (indicador con el que mediremos la calidad del servicio) es alta en ambas situaciones; la única diferencia es el coste.
El problema, efectivamente, es la deuda. El efecto nocivo que produce que todas las comunidades incrementen su pasivo, a la vez que las moratorias siguen ampliándose.Privatizaciones recientes solo demuestran que los políticos no tienen una estrategia clara, parece que ni siquiera entienden la situación. Privatizando centros públicos están reconociendo que ellos no saben cómo dirigir la asistencia sanitaria.
¿Quien ha llevado a esta situación una sanidad envidiada por todos los países del mundo? ¿partidos políticos, sindicatos, apesebrados, parásitos, políticos, solo profesionales de la medicina y de la gestión?
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