La violencia anticristiana del sur de la India se extiende a Nepal, donde sólo hay unos 7.200 católicos
Según explica un comunicado de Cáritas, una chica adolescente y una mujer murieron el sábado 23 de mayo en Nepal, víctimas de una bomba que explotó durante la misa en la Catedral de la Asunción, en Dhobighat, cerca de Katmandú.
Según explica un comunicado de Cáritas, una chica adolescente y una mujer murieron el sábado 23 de mayo en Nepal, víctimas de una bomba que explotó durante la misa en la Catedral de la Asunción, en Dhobighat, cerca de Katmandú.
En Nepal hay unas 40 parroquias para unos 7.200 católicos en todo el país, una minoría ínfima entre 27 millones de habitantes. Trabajan allí 9 sacerdotes diocesanos, 56 religiosos (40 de ellos sacerdotes) y 115 religiosas, volcados en un importantísimo trabajo educativo, al mantener 23 escuelas y ofrecer instrucción a 35.000 refugiados bhutaneses.
También resultaron heridos de gravedad una docena de fieles que asistían a misa. Todos los indicios apuntan a que los responsables de este atentado son algunos de los grupos radicales hinduistas contrarios a la libertad religiosa. En una nota difundida por Cáritas Nepal, su director, fray Bogati, afirma que “jamás podríamos imaginar que alguien pudiera perpetrar un acto tan cobarde, y asesinar y herir a tantas personas. En Nepal siempre hemos gozado de una buena armonía religiosa, que algún grupo extremista está intentando destruir”.
También resultaron heridos de gravedad una docena de fieles que asistían a misa. Todos los indicios apuntan a que los responsables de este atentado son algunos de los grupos radicales hinduistas contrarios a la libertad religiosa. En una nota difundida por Cáritas Nepal, su director, fray Bogati, afirma que “jamás podríamos imaginar que alguien pudiera perpetrar un acto tan cobarde, y asesinar y herir a tantas personas. En Nepal siempre hemos gozado de una buena armonía religiosa, que algún grupo extremista está intentando destruir”.
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