El presidente del Congreso, José Bono, aseguró ayer que en el PSOE no todos piensan «milimétricamente igual» y que, en caso de la revisión de la legislación sobre el aborto, él tiene su propio «criterio» pero prefiere reservárselo para no «interferir» y «facilitar el acuerdo de los grupos parlamentarios» sobre una norma que, a su juicio, debería concitar «el máximo consenso». Bono tampoco quiso pronunciarse sobre el hecho de que el Grupo Socialista no dé libertad de voto a los diputados ante este tipo de asuntos.
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